A GRANDES MALES GRANDES REMEDIOS
—Hola.
—Buenas tardes. Puedes sentarte en la silla, o tumbarte, como prefieras.
—Estoy más a gusto tumbada, a no ser que tu diván no sea tan cómodo como los de los otros psicólogos en los que he estado.
—Espero que sí lo sea. Empecemos, ¿en qué puedo ayudarte?
—Tengo un secreto muy grande y lo estoy pasando muy mal por guardármelo, todo el tiempo pienso en eso, duermo mal porque le doy vueltas, necesito compartirlo con alguien pero no se lo he dicho a nadie por miedo a que lo revelen. Por eso he venido aquí, porque tú no podrías contarlo ¿no? Por el secreto profesional ese.
—Exacto, aunque hay algunas excepciones relacionadas con la justicia.
—¿Cuáles?
— Que el paciente sea pederasta, o suponga un riesgo para terceros, por ejemplo un paciente con VIH que no quiera decírselo a su pareja, o en caso de citación para declarar en una vista.
—No es nada de eso, y no vas a tener que declarar porque si no lo cuentas no se va a saber. Tranquilo que no he matado a nadie.
—Muy bien, empecemos entonces. ¿Qué secreto es ese que te tiene en vilo?
—Yo soy la culpable de lo que está pasando, eso de lo que todo el mundo habla. ¿Tú eres de los que está a gusto con la nueva situación o de los que no?
—Mi opinión no importa. ¿Y cómo has hecho eso?
—Si eres de los que se queja ya me lo agradecerás en invierno. Empezaré desde el principio, el caso es que tengo poderes, bueno solo uno, puedo parar objetos o seres vivos, lo que sea, hacer que estén quietos entre un segundo y treinta días más o menos. Lo descubrí cuando tenía siete años y mi hermana pequeña, Rebeca, cinco. Se enfadó conmigo y vino corriendo a pegarme con un paraguas en la mano y entonces se detuvo, congelada en el espacio, con cara de enfado y el paraguas en alto. Estuvo así un mes, la vieron médicos de diferentes especialidades, curanderos y hasta un exorcista. Mi madre lloraba y gemía todo el día y mi padre se enfadaba y gritaba. Yo callaba e intentaba pasar desapercibida porque en el fondo sabía que, de alguna manera, yo le había hecho eso, y porque tenía miedo de volver a hacérselo a alguien. Además tenía otro problema, aún no había superado el miedo a la oscuridad tan típico en niños pequeños, siempre dormía con mi hermana y una lámpara encendida, y aunque seguía teniendo la luz la echaba de menos y no podía descansar, y de día caía rendida en cualquier sitio. De repente una tarde volvió a moverse, de golpe, se sentía bien y no recordaba haber estado quieta tanto tiempo, de hecho aún seguía enfadada y me dio con el paraguas en la cabeza. De nuevo le realizaron pruebas y concluyeron que no tenía secuelas físicas ni psicológicas.
Yo, convencida de que era capaz de parar las cosas, estuve practicando con el gato hasta que lo conseguí, le detuve en pleno salto entre el suelo y mi cama. Entonces me di cuenta de que no había sido buena idea hacer la prueba con el animal, que había un millón de cosas mejores para detener y no se darían cuenta, pero ya era tarde. Así que lo envolví en una toalla y lo guardé encima del armario, dentro de mi maleta vacía. Al ver que no aparecía, pensaron que había salido por la ventana del patio, como hacía muchas veces, y al cabo de tres días, mientras hacía los deberes oí maullidos y arañazos, lo saqué y como si nada.
Con el tiempo aprendí a parar solo lo que quiero y durante el tiempo que deseo, pero me pasaba el día pensando en lo que podía hacer y escondiéndome para practicar, por lo que mis padres, asustados por mi cambio de comportamiento, me llevaron de psicólogo en psicólogo intentando que volviera a ser la de antes. Todos concluían que era un trauma producido por el incidente de mi hermana, pero no consiguieron que sus tratamientos tuvieran éxito. Obvio, ya que en realidad no era ese el problema. Consiguieron, eso sí, que durmiera sola, pero con la luz encendida.
—Así que tienes un don y lo controlas. ¿Puedes demostrármelo?
—Claro. Lanzaré este lápiz, mire. Ahí está, parado en el aire, en cinco minutos segundo arriba segundo abajo caerá al suelo.
—Vaya, es asombroso. ¿Y cómo causó eso lo que está ocurriendo?
—El caso es que, una vez controlado mi poder, decidí hacerme heroína. Pero aún tenía miedo a la oscuridad, ni siquiera salía de casa cuando era de noche, y eso era un hándicap muy grande como comprenderá. A pesar de eso hice alguna buena acción que ha pasado desapercibida, como parar un foco en un concierto de “The Windows” que iba a caerle encima al cantante, o un coche que derrapó e iba a llevarse por delante a dos personas; también alguna que conocerá, como detener aquel desprendimiento en Madrigales, gracias a lo que pudieron desalojar a los vecinos y construir un muro de contención, ¿se acuerda?
—Sí, claro que lo recuerdo. En la siguiente sesión trataremos su miedo a la oscuridad.
—No se moleste, ya no es necesario, además estuve con un par de profesionales de su gremio y ningún tratamiento funcionó. Eso hizo que pasara por una etapa triste y desanimada, ¿cómo iba a tener una superheroína miedo a la oscuridad? Es absurdo. Pero entonces recordé que mi abuela me decía que nunca me diera por vencida, porque si existían grandes problemas, también grandes soluciones. Así que durante meses pensé en qué gran arreglo podía encontrar para mi gran obstáculo, y un día lo hallé, aunque como consecuencia de ello está ocurriendo lo que ya sabes.
—Bien, ¿qué gran solución es esa?
—Yo tengo un poder, que es detener las cosas ¿sí?, y un problema, mi miedo a la oscuridad, ¿y por qué hay oscuridad? Ya se ha dado cuenta ¿verdad? Porque la Tierra gira. Así que he detenido la Tierra, anulando con ello su movimiento de rotación, y ya sólo hay día. Tengo que estar atenta para volver a pararla según comience a girar cada mes y ya está. Mi abuela estaría orgullosa. Ya solo tengo que conseguir un uniforme e iré haciendo el bien por todos los rincones del mundo. Seré SuperAna, pero cuando oigas hablar de mí, recuerda que no puedes contar nada. Anda, el lápiz, no se ha roto ¿no?
Reto 3 – Imagina que eres un superhéroe con una gran fobia a la oscuridad, escribe un relato de superación.
Ay me ha gustado muchísimo!! 😂😂😂😂😂😂 Solo con la heroína en el psicólogo ya me has sacado una sonrisilla pero es que el relato entero me ha parecido genial. Las anécdotas han sido muy divertidas y no he logrado adivinar que era lo que había hecho Ana hasta que lo he leído. Me ha parecido muy original tu relato y la forma de resolverlo. Nos seguimos leyendo, ¡Besitos sonámbulos! ⭐️🌙
Me gustaMe gusta
Buenos días Aida, que gusto y que ilusión leer tus comentarios 😊. Gracias una vez más por tus palabras
Me gustaMe gusta
Muy interesante y divertido, manteniendo el interés por ver qué era lo siguiente. ¿Podría congelar el invierno, no sé
, un par de meses?
Me gustaMe gusta
No creo que le importe mientras siga siendo siempre de día 🙂. ¡Gracias por leer y por el comentario!
Me gustaMe gusta
¡Confusión mental!, Quizás debido a mi avanzada edad je je. Quería decir que con menos invierno ya me conformaba.
Me gustaMe gusta
Muy buena historia. Bien detallada y entretenida. Me ha sorprendido mucho el final y como había superado su fobia. Mi enhorabuena.
Me gustaMe gusta
Me alegro de que te haya gustado. ¡Muchas gracias por leer y comentar!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encanto tu relato, original. Muy entretenido el argumento salpicado de humor. Los acontecimientos quedaron super magníficos. Las palabras sabias de la abuela le motivaron a desafiar su fobia, y así exterminarla. !Genial!
Saluditos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me inspiré en una frase muy parecida que dice mi madre. Me alegro mucho de que te haya gustado, ¡gracias!
Me gustaMe gusta
He disfrutado muchísimo con el relato, Luna: ¡veo que tienes un sutilísimo sentido del humor!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias por pasarte y comentar! Al reto 1 también intenté darle un toque humorístico, aunque en otro sentido, por si te apetece echarle un vistazo
Me gustaMe gusta
Me ha encantado!! Tienes algo en la forma de escribir que engancha, siempre da un giro inesperado con alguna sorpresa…Felicitaciones!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias Amaia! Qué ilusión verte por aquí…
Me gustaMe gusta
Hola!
Soy nueva por el blog y me ha interesado leer este relato el primero ya que yo tuve muchos problemas con él.
Me ha gustado mucho que pueda usar su poder de heroína para superar (o no tener que luchar contra) su fobia.
Es una idea muy original y una forma muy interesante de superar el objetivo del reto.
Enhorabuena!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Bienvenida! Muchas gracias y espero verte más por aquí
Me gustaMe gusta