Comparto mi última colaboración en Letras & Poesía. Es la primera reflexión que escribo; surgió a raíz de una de las amenas y filosóficas charlas que mantengo con Carlos de La estaca clavada en los comentarios de nuestras respectivas publicaciones.
SI PUDIERA VOLVER ATRÁS
Todos hemos pensado y oído decir alguna vez a los demás: «Si pudiera volver atrás…». Todos, sin excepción, retornaríamos al pasado si fuera posible, bien por cambiar algo en concreto o bien para tener más tiempo por delante.
Los hay que dicen: «Me gustaría volver atrás en el tiempo pero sabiendo lo que sé ahora». Esto me plantea una duda: ¿cuánto atrás? ¿A los diez años? No me imagino a un niño con la personalidad de un adulto tocando timbres y huyendo, corriendo tras las niñas para levantarles la falda o escribiendo en la pared del gimnasio que el profesor se tira pedos en clase —mamá, es todo inventado—.
¿A los catorce? Hay que tener en cuenta que eso supone vivir en casa de tus padres, seguir sus normas, y compartir el tiempo libre con adolescentes en plena ebullición hormonal. Que toda la clase tire a la vez el bolígrafo al suelo cuando suena una alarma puede que no sea tan divertido cuando el profesor tiene tu edad —mental— o es incluso más joven. Aunque… EGB, ains, qué recuerdos.
¿A los veinte? Bueno, esto cambia las cosas. A esa edad ya se es adulto. Tus conocimientos actuales en un cuerpo de veinte años. Puedes ser independiente y vivir tu vida. Puedes ir con el culo en su sitio, la tripa plana y la cara sin patas de gallo donde aquel novio tan buenorro que tuviste y demostrarle tu veteranía amatoria. El problema es que él no ha tenido tiempo de lograr la misma experiencia que tú así que… es probable que tú no ganes con esa situación. Por no hablar de salir de fiesta un sábado y que el domingo quiera ir a comer una hamburguesa y dar una vuelta por el pantano, y tú no puedas ni darle un trago al café porque ahora las resacas te duran dos días.
También están los que volverían atrás solo para cambiar momentos o decisiones puntuales: ponerte otros pantalones aquel día que en el colegio se te rasgaron y los demás se rieron de ti, no empezar a cantar a pleno pulmón tres segundos antes de tiempo en el concierto de fin de curso, decirle a tu novio que se vaya de casa antes de que lleguen tus padres, estudiar una carrera diferente, tener valor para dejar ese trabajo, beber algunos chupitos menos en aquella cena de empresa, no comprar la maldita casa con humedades, fingir una gastroenteritis para no ir a la «gloriosa» comida de navidad en la que casi asesinas a tu cuñado…
Una cosa que tienen en común todas las modalidades de «vuelta al pasado» es que queremos mantener lo que nos gusta de nuestro presente. Claro, muy bonito y muy cómodo, pero ¿qué pasaría si no fuera así? ¿Si hubiera posibilidad de que, al volver atrás, no recuperáramos lo que ahora tenemos? Tal vez ya no conocerías a esa amiga a la que llamas siempre para contarle tus problemas, o a esa mujer o ese hombre con el que llevas tanto tiempo compartido y estás tan a gusto. Acaso ya no tendrías hijos, o tendrías otros distintos. Quizá vayas a la perrera y no esté Musko, ese cachorro alegre que comparte tu vida desde hace años. O no mantengas el puesto de trabajo que tanto te llena, o ya no estén esos amigos de la blogosfera que, por alguna razón, te tienen aprecio y se molestan en leer y comentar todo lo que publicas.
¿Estarías, en ese caso, dispuesto a montar en el DeLorean de Doc? Y no me refiero a si tendrías miedo a lo desconocido, o al «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer». No. Aun si supieras que tendrías una buena vida, ¿te arriesgarías a poder perder —o no volver a lograr— lo bueno que has conseguido, por una oportunidad de cambiar ciertas cosas de tu pasado?
Es obvio que hay tantas situaciones y vidas como personas, e igual número de opiniones. Yo la mía la tengo muy clara. ¿Y vosotros?
aAsí me pasa a mi…
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¿Así cómo? Con todo lo que he contado no sé a qué te refieres… 🙂
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Me refiero a que cualquier tiempo pasado fue mejor.
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Bueno, aún queda tiempo por venir, ¡tengamos confianza!
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¡Qué bueno, Luna! Comparto contigo todo lo que dices, palabra por palabra, y aún así, pienso con nostalgia en los 32 años, mi edad preferida, a saber por qué… Lo apasionante de la vida es desconocer lo que nos espera e ir aprendiendo y creciendo como personas en ese recorrido. ¿Sería lo mismo si ya supiésemos? No se, me imagino como niños/adultos resabiados… Un abrazo, guapa: me ha encantado.
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¡Muchas gracias! Tenía ganas desde hace tiempo de estrenarme con esto de las reflexiones, no estaba segura de cómo saldría, pero con estas cosas que me dices creo que repetiré 🙂
Yo no sabría decir cuál es mi edad favorita aunque he vivido muy buenos momentos… a lo mejor aún está por llegar.
Un besote.
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Ay, me encanta, Luna!! Me encanta esa parte de la peli «Regreso al futuro» en la que Michael J. Fox canta un rock and roll antes de que se hubiera inventado… Me encantan los ejemplos tan divertidos que pones en tu reflexión sobre la posibilidad de cambiar momentos del pasado. Y me encanta que hayas sacado ese tema, uno de los que más me han hecho pensar y atormentarme (las vidas que pude vivir, jeje…). Creo que no seríamos quienes somos si volviéramos al pasado, aunque solo fuera para cambiar un detalle insignificante… Un abrazo, Luna
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¡A mí me encanta que te encante! Regreso al futuro es un clásico, la he visto más de una vez.
Estoy de acuerdo contigo, llevamos cosas «de serie» pero somos quienes somos por lo que vamos viviendo.
Muchas gracias, Mayte 🙂 Un besote.
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Muchas gracias Luna, dice el puñetero que agua pasada no mueve el molino. A lo mejor algunos se sorprenden, pero no daría ni un paso atrás. Soy fruto de lo vivido durante sesenta y tres años, de lo bueno y de lo malo. Sé que cualquier decisión tomada, en algún momento parecerá un error, excepto en lo amado, que eso siempre permanece endulzado por el recuerdo. Del viejo el consejo: Conviene no preocuparse mucho por el futuro y casi nada por el pasado. Aprender todo lo posible de todo, mantenerse en paz con uno mismo y ahorrar algo, o te pasarás la vida hipotecada, como unos que yo me sé. Un besazo.
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Yo pienso que si se comete un error, pero siendo fiel a lo que uno piensa, no hay que hay arrepentirse.
Pues a mí no me sorprende, Carlos, apostaría porque eres una persona que disfruta de la vida y está a gusto consigo misma.
Me encanta el consejo, diría que es muy pero que muy bueno y pondré todo mi empeño en seguirlo.
Muchas gracias. Un besote.
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Por lo que veo muchos pensamos exactamente igual.
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No puedo ver el link 😦
Yo creo que a no ser que se haya sufrido una gran desgracia, o se sea muy ambicioso, se está a gusto con lo que se ha conseguido y con uno mismo.
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Es el video de These are the days of our lives, de Queen. 😉
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Oh, pues ahora lo busco y lo veo, no me quedo con las ganas. ¡Gracias!
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Muy bonita entrada Luna.
Una vez, exactamente un día antes de mi cumpleaños, -por cierto que ya se acerca- me puse a reflexionar sobre toda mi vida pasada y llegué a la conclusión de que si pudiera revovinar mis años, no cambiaría nada, absolutamente nada. No digo que mi vida ha sido perfecta, no, para nada, he sufrido mucho pero también he sidomuy feliz. Muchas veces toqué fondo, pero salí a flote, hoy tengo una vida serena y cuando llegan las tribulaciones o malas rachas, ya no me desespero, dejo que todo se soluciones poco a poco.
Amo mi vida con todo y sus momentos oscuros.
Gracias por la reflexión, linda.
Abrazos.
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Así es como debe ser, sobre todo porque lo que ha pasado no se puede cambiar y darle vueltas solo sirve para frustrarse y desperdiciar el presente, y el futuro.
¡Felicidades adelantadas! Hoy he leído una cosa que me ha hecho mucha gracia:
-¿Cuántos años cumples?
-Uno, los demás ya los tenía cumplidos.
¡Muchas gracias! Un abrazo.
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Jajajaja exceltente. Lo tomaré para cuando a mí me lo pregunten. Besitos, linda.
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Tus reflexiones me han encantado, Luna, y, además, han dado pie a una serie de buenísimas respuestas.
Si me presentasen la poción de dar marcha atrás, seguramente cambiaría bastantes cosas. Pero si he de ser sincera: prefiero dejarlo todo tal cual y aprender del pasado para mejorar el futuro. Y si a Carlos no le parece mal, me apropio de su respuesta, pues la suya es la que está más en consonancia con mi sentir y yo no sabría decirlo tan bien.
Un abrazo a todos.
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Nada hija, la respuesta es toda tuya, aunque seguramente en algún momento por llegar, consideraré que estuve equivocado. Cualquier acción o decisión lleva en sí misma el germen del error, pero como la alternativa es no hacer nada, no queda otra que tirar hacia adelante. Un abrazo.
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De nuevo no puedo estar más de acuerdo contigo 🙂 ¡Otro abrazo!
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Además que si cambiáramos algo, surgirían nuevas situaciones que podemos no prever y tal vez acabe siendo peor. Así que estoy de acuerdo contigo, qué mejor profesora que la experiencia, solo tenemos que saber aprovecharla bien…
A mí también me ha gustado mucho el comentario de Carlos.
Muchas gracias y un abrazo.
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También cambiaría la p.
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Ja, ja 🙂
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Volver atrás es arriesgado. Si vuelves a los 20 o 30 años con la mentalidad que tuviste, es muy probable que cometas los mismos errores y aciertos. Y si vuelves a los 20 con la mentalidad de la edad actual, me da que serás un pozo de contradicciones. Yo comparto igualmente la respuesta de Carlos. No cambiaría grandes cosas, si acaso matizaría algunas y por supuesto, le diría a mi padre más veces que le quería. Un abrazo Luna.
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Ay, un clásico lamentarse de no haber demostrado a alguien nuestros sentimientos, quién no tiene esa espinita clavada. Lo «bueno» es que tu padre sabía que le querías y mucho. Lo sé yo como madre y lo sabes tú como padre.
De todos modos lo de los matices también puede ser peligroso, no sabemos qué consecuencias podría tener un mínimo cambio…
Gracias, Carlos. Un abrazo.
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Probablemente mi respuesta va de la mano con la experiencia adquirida, y de haberme preguntado esto en otra década de mi vida, te hubiera contestado diferente. Hoy, tal cual lo veo, estoy donde me traje y voy a donde quiero. Dentro de 20 años más, espero poder decir lo mismo… y si no, también tendré mis razones.
Y vos?
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Yo estoy contenta con mi vida tal y como es. Por supuesto hay cosas mejores y peores, pero todo no puede ser perfecto y las buenas son tan buenas que minimizan lo malo. Así que aunque tuviera elección, me quedo como estoy 🙂
Gracias por pasarte, Paula. Un abrazo y ¡buen día!
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Creo que el que más y el que menos se lamenta de no haber apapachado más a algún ser querido. A mí me ocurría con mi madre cuando me dominaba. Pero la cuidé durante 22 años con la ayuda de mis hijos y ya mayor inspiraba mucha ternura. Era una gran soprano aficionada y todavía cantaba tangos y boleros cumplidos los cien años..
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Qué bonito. Esto podría traer otra reflexión sobre demostrar lo que sentimos antes de que sea tarde, pero creo que es un tema que ya está muy hablado… Y aún así no aprendemos. De todos modos hay muchas maneras de expresar las cosas, y seguramente lo hagamos más de lo que pensamos.
Un abrazo.
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Tengo la fe y esperanza que lo bueno esta por venir. Me gustaría cambiar algunas cosas del pasado, pero si cambiándolas, no soy en el que me convertí ahora, prefiero quedarme como estoy.
Saludos.
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Eso es exactamente lo que yo pienso. Al final, fueron nuestras decisiones y las tomamos por una razón, aunque con el tiempo podamos perder perspectiva.
¡Buen día!
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Qué bueno, Luna!
Ayer hablábamos de esto con un grupo de amigas. Una de ellas siempre habla con melancolía del pasado, y se ríe cuando yo le digo que ni locaaaa vuelvo para atrás. En nada, y eso no significa que me haya equivocado hermosamente (tus ejemplos son de lo más representativos, jaja), sino que agradezco estar en mi presente. Y soy gracias a lo que he vivido y a todos esos supuestos «errores». Cuando veo a Michael Fox me recuerdo extasiada en ese cine añejo, rodeada de amigos de aquellos años, pero no volvería. Hoy ya estoy en ese futuro que ni podía imaginar, y me encanta.
No puedo darle «me gusta» a ningún blog (ni idea por qué… ya ves que sigo en guerra con WP, y muchas veces no salen mis comentarios), así que espero te lleguen mis palabras.
Gracias por tu reflexión, seguramente nos llevaste a todos a dar un gran paseo por nuestra niñez y adolescencia. Siempre todo valió la pena.
¡Abrazos! 🙂
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Ha llegado tu comentario 🙂
Confieso que alguno de los ejemplos es real, pero no diré cual, ja, ja.
Me ha gustado mucho esto que escribes: «Hoy ya estoy en ese futuro que ni podía imaginar».
¡Muchas gracias a ti! Un abrazo.
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🙂 Gracias por tu respuesta, Luna. Fuerte abrazo de vuelta!
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Hola. Guau, vaya reflexiones más agudas, analíticas y curradas. La verdad es que nunca me he parado a analizar tan a fondo las preguntas que haces, supongo que en parte no he querido o tenido ganas y en parte no quería quitarle parte del encanto a la idea. Y en buena parte por vagancia. Todo este tema da para muchas ramificaciones. La idea principal que he tenido leyéndote es que lo de volver a atrás sí lo aplicaría pero en un sentido fundamental: En el quitarme años de encima y ser más joven. En lo de volver a edades concretas, a algunas sí y otras no. Sobre todo evitaría cosas de mi infancia-adolescencia. Claro que es bastante inviable, como cuentas, volver por ejemplo a los 20 con la experiencia de ahora. No seríamos los mismos y probablemente generaríamos situaciones y devenires diferentes. Lo de cambiar muchas situaciones indeseadas o donde metimos la pata en algún sentido o tomamos decisiones de las que luego nos arrepentimos pues sí, pero solo algunas. Pero lo hecho hecho está. Dándole la vuelta al razonamiento, ni loco volvería hacia atrás para vivir algunas situaciones o experiencias desagradables o incómodas, la suerte es que ya quedaron atrás.
En fin, quizá sueno algo a contradicción, no sé. No es que esté supercontento con mi presente actual, pero debo echarle resignación a que hacia atrás no puede irse, y además la situación de tranquilidad que vivo en muchos aspectos y el haber pasado ya algunos malos tragos no lo cambiaría por revivir ciertos momentos. Afortunados los que no cambiarían absolutamente nada.
Ciao.
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¡Hola! Muchas gracias por pasarte y comentar. Esta es la primera reflexión que escribo, y aunque me costó ponerme al final fue divertido escribirla y está dando juego, lo que me encanta.
Es un tema apto para producir sentimientos encontrados, porque la idea de volver a ser jóvenes, con toda esa energía y esas ilusiones es atrayente, pero como dices, con la mentalidad que tenemos ahora no sería lo mismo, y con la mentalidad que teníamos entonces… haríamos lo mismo 🙂
¡Buen fin de semana!
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