¿FELIZ? AÑO NUEVO
No fue una buena idea conocer a los padres de mi novia en la cena de Nochevieja. Debería haberle dicho que no, que pasaría la velada con mi familia. Hubiera sido una buena razón, muy comprensible, para negarme. Pero en lugar de eso acepté y allí fui, con mi traje impecable, una botella de vino y un ramo de flores. «Ay, no tenías que haber traído nada», dijo su madre, sin embargo su sonrisa y sus ojos transmitían que entraba con buen pie. Solo tenía que mantenerme alerta para no soltar alguno de mis comentarios fuera de contexto, esos que me habían costado, a corto o largo plazo, el resto de mis relaciones. Tenía que aguantar.
No lo conseguí. Qué le voy a hacer, soy humano. E idiota. Porque hay que serlo para cagarla una y otra vez por lo mismo. La primera vez era joven e inexperto y no podía saberlo, la segunda debí darme cuenta de que no era casualidad, y las demás… soy idiota.
La mezcla del alcohol con la efusividad de la noche me hizo bajar la guardia. Así que cuando la vi, después de ir a prepararse para salir, con ese conjunto… en fin, no pude aguantarme. Apareció en el salón con una blusa de lunares y escote hasta el ombligo, y una minifalda a rayas que apenas le tapaba el culo, y salió lo que llevo dentro. Me arrepentí aun antes de haber terminado de hablar:
—Los lunares y las rayas no van bien juntos, lo han dicho en el programa de Ana Rosa.
Apenas formulé esa frase el tiempo se ralentizó a mi alrededor. Mi novia se quedó quieta mirándome con el ceño fruncido. Su madre abrió tanto los ojos que debían de escocerle, giró la cabeza hacia mí y luego hacia su hija mientras decía con el mismo tono con que mi abuela se reía cuando le contaban un chiste verde:
—Pero nena, no me habías dicho que tu novio entiende de moda. ¡Me encanta este chico!
A partir de ahí todo pasó muy rápido. Mi casi seguro ex futura suegra me arrastró del brazo hasta su dormitorio y me sentó en su cama. No parpadeé ni cuando se quedó en tanga y en sujetador —un par de tallas menor que el que necesitaba —. Me preguntó qué le quedaría mejor para ir al cotillón y comenzó a sacar ropa del armario; tampoco me inmuté al constatar que lo más nuevo era de hace dos temporadas. Solo pensaba que había vuelto a cagarla. Ahora vendrían divertidas jornadas de compras seguidas de nada divertidos reproches: «Le haces más caso a mi madre que a mí», «me miras así porque no te gusta lo que llevo», «a ver si le pones el mismo interés a salir conmigo que a ir de compras con mi madre»… Y entraría en un círculo vicioso, porque si intentara defenderme diciendo que lo hacía por cumplir, escucharía: «No quieres salir con mi madre» o «no quieres relacionarte con mi familia porque no te tomas lo nuestro en serio».
Así que allí estaba yo: sentado en aquella cama de matrimonio en la que ya nunca haría nada cuando sus dueños estuvieran de vacaciones. Me oía a mí mismo murmurar: «Una más corta te estilizaría», «tal vez si le quitaras las hombreras», «con ese mejor una lisa», «para una fiesta de los ochenta, ideal», «¿lentejuelas?, ¿en serio?», «¡mamma mía!». No me di cuenta de que mi novia había entrado en la habitación hasta que la oí hablar:
—Mamá, ya vale.
—Pero, hija…
—Ni pero ni pera. Este es mío.
Entonces fue ella la que me arrastró del brazo. Me sacó de su casa y corrimos riendo como críos hasta que nos faltó el aire. En ese momento, mientras el resto de los habitantes del huso horario se liaban entre los cuartos y las campanadas —excepto Ramón García—, y la Pedroche se reía de los que la criticaban, me dio el último beso del 2017 y el primero del 2018 en uno solo. Y tuve esperanza. Me sentí bien; por fin estaba con alguien con quien no iba a ser un problema mi pasión por la moda. Alguien con quien convivir y tener unos preciosos bebés con ropitas en tonos pasteles. Me sentí tan enamorado que ni me importó que siguiera llevando aquel horrible conjunto.
El sonido de su móvil interrumpió mis pensamientos; era un whatsapp. Lo miró.
—Es mi madre.
—¿Para felicitarnos el año? ¿O está enfadada porque nos hemos ido?
—No. Pregunta si el día siete la acompañarás a las rebajas. —Me miró con los ojos del gato de Shrek—. Lo harás, ¿verdad? ¿Por qué pones esa cara? —Ahora parecía Shrek— ¿No quieres salir con mi madre? ¡Eso es que no te tomas en serio lo nuestro!
Reto 52 para Literup – Describe una situación cómica que transcurra en el último día del año.
¡Lo conseguí! Un relato cada semana durante todo el año. No puedo esconderlo, estoy muy orgullosa de mí misma 🙂
Entonces cincuenta y dos felicitaciones por tan magno logro, no es fácil escribir tan bien como lo haces.
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Oooooh… ¡muchísimas gracias!
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¡Genial, Luna! Este chico apunta maneras … 😊
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¿De solterón? Ja, ja. ¡Muchas gracias!
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🤣🤣
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Yo también estoy orgullosa de tí misma ja ja ja. Sobre todo por estar el tema de la moda en el relato. Muak
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Uf, ya pensaba que me ibas a decir que las rayas y los lunares sí pegan y he metido la pata, ja, ja.
¡Muchas gracias! Besitos
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Muy bueno Luna!!!
Desafío cumplido en todos los relatos.
Un gran abrazo!!!
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¡Muchas gracias, Claudia!
Otro abrazote hasta allí 🙂
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Te ha salido fantástico, me lo he visto todo entero de principio a fin gracias a tus descripciones. Muchas felicidades Luna. Un besazo.
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Qué ilusión leer eso, Carlos. Muchas muchas muchas gracias 🙂
Y un besote
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Enhorabuena por los 52 relatos acompañados de 52 abrazos.
Me ha gustado mucho este último, pero por un momento he pensado en mi suegra en tanga y sujetador y …como que me he revuelto un poco jajaja.
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Como se entere de que has dicho eso te quedas sin langostinos esta Nochevieja ja, ja (o te pone las uvas más grandes)
Muchísimas gracias 🙂 Un fuerte abrazo
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Envidia tengo a la luna que la ve dia tras día
y envidia tengo de ti y tus bellas diatrivas
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Ja, ja, muchas gracias, poeta 😉
Un abrazo
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Desde luego, enhorabuena por esos 52 relatos, como ya te dije me parece mucha tralla. Qué historia -aunque divertida es, sin duda- tan extraña… Creí al principio que ese comentario de él iba dirigido hacia ella en plan machista y de chapado a la antigua, por llevar ella un conjunto que apenas le tapaba el cuerpo, por tal como lo has descrito. No por los lunares, las rayas y la moda. Después creí por un momento que la madre se le insinuaba o directamente pasaba a la acción, jajaja, ya me quedé flipando.
Él tendrá que pluriemplearse y repartirse entre ambas. Tiene madera para dirigir una de esas revistas que marcan tendencias. Y menos mal que no metiste al padre en el fregao, jajaja.
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¡Muchas gracias! Sí que es mucha tralla, aunque también es divertido. Para el próximo año no me apuntaré porque quiero dedicarle más tiempo a otros proyectos.
Me alegra ver que te he llevado por donde quería con el relato 😉 Pues tenía alguna idea para darle algo de protagonismo al padre pero no quise extenderme más…
Un besote 🙂
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Me encantó Luna. De las que cosas que uno se pierde, gracias Luna, un abrazo con el alma.
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Muchas gracias a ti, Karem, me encanta que te encante 🙂
Un fuerte abrazo.
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Muchos abrazos mi Luna!!
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Con estilo desenfadado, libre, nos das cuenta de las metidas de pata que tiene consecuencias no usuales. pero que son terroríficas, me hiciste reír y creo que es un halago de primera siendo tan serio.
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Que te hayas reído es el mejor piropo que me podías decir, si con algo soy inseguro es cuando intento escribir con un poco de gracia. Así que ¡muchísimas gracias!
Un abrazo
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Divertido e ingenioso amiga. Abrazo y feliz año
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Feliz año, Rubén
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Enhorabuena por el reto superado, gracias por compartir. Saludos y que empiece el año con mucha fuerza
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Gracias a ti por leerme, Iñaki. ¡Feliz año!
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Buen relato, el pobre está inmerso en un círculo vicioso del que es difícil de salir!! jajaja
Orgullosisíma de ti misma tienes que estar y no es para menos. Enhorabuena por estos 52 relatos a lo largo del 2017.
Te mando un abrazo de felicitación merecida 🙂 ❤
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Lo recibo y te devuelvo uno enorme 🙂
¡Muchas gracias!
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Enhorabuena por los 52.El próximo año más.Besosssss
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¡Muchas gracias! Un besote 🙂
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Felicidades. Más retos al año que viene (pide mi suegra, que habíanos quedado).
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Le habrás encontrado un buen conjunto para el cotillón 😉
¡Gracias!
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Enhorabuena, Luna!! No era un reto fácil de conseguir. Son muchos los relatos que has escrito este año, y muchos de ellos me han gustado y me han hecho reir (como el de hoy). Un beso fuerte y feliz año!!
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Me alegra mucho leer eso 🙂 Muchas gracias, un besote y ¡feliz año!
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¡Guau: tienes motivos de sobra para estarlo porque el mérito es doble: relato por semana y a cual mejor! Me resultaría difícil decir cuál es el o los que más me han gustado, pero este estaría entre los «top ten». ¡Feliz 2018!
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Y aquí estás al pie del cañón casi desde el principio y eso también me llena de orgullo 🙂
Muchas gracias, Carmen, feliz año a ti también y un besote enoooorme
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Qué chulo 🙂 ¡Gracias! ¡Feliz año!
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Felicitaciones querida Luna por haber cumplido el reto y deleitarnos con tus relatos. Te dejo un fuerte abrazo desde Ecuador. Gracias por tu cercanía y amistad. 🎉🎉🤗🌹🌹
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Muchas gracias a ti, Patricia. ¡Un abrazo enorme!
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En éste también a mi me has llevado de la mano por el terror de la violencia machirula y después la explosión de risa floja (esto lo lee Almodóvar y hace una peli-pon eso del copirraig por si acaso-) Qué bueno! Feliz año, querida🥂🥂😙😙
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Ja, ja, tengo registrado el blog, espero que valga.
Ya ves, las exigencias del reto me obligan a intentar ser graciosilla…
¡Muchas gracias! Feliz año a ti también, otra vez, así que superfeliz año 🙂
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Ahhhh… ¿y cómo se registra un blog? Porque no tengo ni flowers. ¿Te lo explican en wordpress, por ahí?
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Tremendo relato ,pero no me sorprende de ti, pues eres de las buenas.Éxitos
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Oh, me sacas los colores 🙂 ¡Mil gracias!
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Felicidades Luna, además de la cifra es importante la calidad de lo que escribes, un abrazo y Feliz año 2018!!
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Muchísimas gracias, Francisco. ¡Un abrazo de vuelta y feliz año a ti también,
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🙂🙂
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Aunque nunca te escribo, leo tus relatos y me gustan, enhorabuena. Yo también quiero felicitarte y desearos a todos un feliz 2018.
Besiños palmeiráns.
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Anda, ¿de Palmeira también? Muchas gracias por leerme, me alegro de que te hayas animado a escribir 🙂
¡Feliz noche y feliz año nuevo! Besos
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Jaja! Como siempre te digo: imaginación no te falta. 😀
Feliz año nuevo Luna.
Ah, y un saludito. 😉
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Muchas gracias 🙂 ¡Feliz año a ti también!
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¡Ay, pobrecito! Qué pena me ha dado el pobre: ¡Vaya un problema! Además el tema de la familia política es de lo más tecloso, hay que encontrar un equilibrio que no siempre es fácil, lo justo para ser educado. En este caso, será la moda, y lo peor lo pasará la pareja, pero yo conozco unas cuantas historias en las que una relación que se ha ido al traste, ha dado al traste con una familia.
¡Feliz año, Luna! Seguro que este año te traerá aun más inspiración, y a nosotros aun más fantásticas lecturas. Un beso
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Es un incomprendido el pobre…
Yo también conozco alguna historia que se ha torcido por presión de una u otra familia. La verdad que es una pena.
Muchas gracias, María, espero que este año también me traiga el comienzo de mi aventura de trabajar en casa 😉
Un besote
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Muy gracioso.
Te sigo leyendo.
Beso!
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¡Gracias, Paula! Otro beso para allí 😉
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