Quién lo iba a decir

QUIÉN LO IBA A DECIR

De pie al borde del acantilado, Miriam sujetaba la urna con las dos manos. La brisa le traía olor a sal y le revolvía los mechones que escapaban de la coleta. Quitó la tapa y esperó un momento de calma. En cuanto notó que cesaba el viento, lanzó las cenizas hacia el mar; quería asegurarse de que cayeran al agua. Las miró descender. Una corriente de aire las dispersó menos de un segundo antes de que una ola las engullera. Sonrió. Cerró la urna, dio  media vuelta y caminó despacio hasta el coche que la esperaba en el aparcamiento sin asfaltar, a unos pocos metros. Se sentó en el asiento del copiloto.

—¿Estás bien? —pregunto Pedro desde el lugar del conductor. Un bebé dormido descansaba en su regazo.

—Mejor de lo que esperaba —contestó Miriam—. Ya ves, ni una lágrima. Al fin y al cabo, vivió hasta los 98 años con buena salud y murió sin sufrimiento mientras dormía.

—Yo firmaba ahora mismo por terminar así.

—Cuántas veces se enfadó conmigo, porque le decía que ella tiraría mis cenizas. —Miriam soltó una leve carcajada—. Me gritaba que no bromeara con eso. Creo que nunca supo que se lo decía en serio.

—Pues te equivocabas. Quién te iba a decir que aún tenías que darle un nieto.

—Así es, quién me lo iba decir. —Los ojos se le humedecieron mientras miraba al bebé. Lo cogió con suavidad y lo tumbó sobre su pecho. Un pecho vaciado y rellenado con implantes que no era capaz de amamantarlo, pero en el que siempre encontraría amor, calor y protección.

Con este relato participo en el concurso de Zenda #historiasdesuperación.

36 comentarios en “Quién lo iba a decir

  1. whatgoesaround dijo:

    Pues es bonito y tierno, aunque como soy muy duro tampoco es que me haya conmovido realmente, jajaja… me han conmovido más otras cosas tuyas, solo comparo, no es una crítica.
    Estoy, o empiezo a estar ya tan acostumbrado a esas «sorpresas» en que el protagonista, en este caso el secundario, el personaje de la urna, no sea humano, que ya me esperaba que fuera un caballo, un perro, un elefante… aunque creo que solo el último llegaría a los 98 años. En fin, alguna salida totalmente sorpresiva y rompedora de la lógica y las apariencias.
    Pues bueno, «All you need is love» y para todo lo demás biberones y cosas por el estilo, claro que sí -de estas cuestiones no entiendo-.
    En cuanto a las sugerencias… pues el pelo suelto y la coleta, creo que es un detalle menor, puede ser una coleta fatalmente hecha, muy floja, aunque es verdad que un moño o cualquier otra cosa… pero detalle menor. Lo que me vale es la imagen poética de la chica al borde del acantilado con el pelo alborotado porque hace viento.
    Y yo optaría por «que no era capaz» antes que «incapaz», porque justamente la primera forma contiene el «no» y se hace más patente su incapacidad, pero es otro matiz muy sutil.
    En fin, que casi podríamos decir «en el seno de su pecho sin senos albergaba mucho amor.»

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    • lunapaniagua dijo:

      No había trampa ni cartón en este. El día 4 es el Día Mundial contra el Cáncer y por eso Zenda ha organizado este concurso ahora. Creo que el cáncer e algo que a todos nos ha tocado y nos tocará de más o menos cerca, aunque este relato no está basado en ninguna experiencia mía.
      Gracias por tus comentarios a las sugerencias 🙂
      Buen día

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  2. Magdalena dijo:

    A mí también me ha encantado, Luna. Cuando la muerte llega a los 98 casi es un placer. Decía Antonio Machado. «La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos».
    Besiños palmeiráns.

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  3. tecuentodeviajes dijo:

    Preciosa historia, tierna y salada. A mi eso de ver como las cenizas forman parte del mar, de la arena, de la brisa, de la sal, me gusta… Pensar que todas las partículas se mezclan, que quizás llegan de nuevo, de alguna forma o de otra, a la orilla… o viajan con las corrientes… me reconforta un poquito el alma. Creo que para mi es como un cierre del ciclo de la vida, y me hace sentir que formamos parte del ecosistema, del mundo…e incluso diría que me hace sentir aún más cerca a los seres queridos que cuando descansan encerrados en el ecosistema de un ataúd.
    Un abrazo linda Luna y suerte.

    P.D.: Menos mal que no tiró la urna :/ ni te imaginas cuantas urnas encontramos cuando buceamos en determinados enclaves 😮 😮 😮
    P.D.: Me he reído mucho leyendo los comentarios, me da que voy a aprender mucho junto a vosotros 😉
    Besitos compañera de teclas.

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    • lunapaniagua dijo:

      Sí, sí, las que liamos con los comentarios, muchas veces dan más juego que la entrada y acabamos hablando de cualquier otra cosa.
      Mi marido en una ocasión, saliéndose de una inmersión por la playa, vio una urna con fecha de dos días antes, y ya fuera se encontraron a una mujer y un niño llorando 😦
      Me suena haber oído que las iban a hacer biodegradables, y también que iban a prohibir tirar cenizas al mar…

      A mí también me parece evocador eso de volver a juntarnos con la naturaleza…
      Un abrazo

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