Kora y Cami

Gracias a Ana Centellas he conocido el blog Te cuento de viajes, de Cristina, y su estupendo reto garabatoliterario. Consiste en escribir un texto inspirado por una ilustración de la propia Cristina. En esta entrada, El viaje de la Blog-T-lla, está explicado. Aquí va mi aportación:

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KORA Y CAMI

—¡Mira, mamá! —La pequeña Kora, de 8 años, entró en la cocina con la respiración entrecortada y las mejillas coloradas. Con el brazo extendido enseñó a su madre lo que llevaba en la mano.

—¿Qué es eso? ¿Una botella? ¿No será de cristal? A ver si se te va a romper y te vas a cortar.

—¡Pero mira lo que hay dentro! ¡Es un gusano de seda! Me lo ha dado la tía.

—Vaya, un gusano. No podía comprarte gominolas, no.

—¡Es un gusano mágico! Tengo que echarle hojas para que coma y se haga una bola y ¿sabes qué? ¡Se convertirá en una mariposa!

Los gritos, los ojos tan abiertos y la enorme sonrisa de Kora hicieron reír a su madre:

—Muy bien, cielo, ya me la enseñarás.

Muchas hojas, más nervios y algunas semanas después, algo se movía con lentitud dentro de la botella. A Kora le latía tan fuerte el corazón que podía oírlo, mientras miraba aquel pequeño animalito que había surgido dentro de la botella. ¿Animalito? Tenía cabeza, tronco, brazos y manos, piernas y pies, y dos alas transparentes que solo veía si se fijaba mucho. ¡Era un hada!

—¡Maaaaamáááááá! —Le puso la botella delante de la cara—. No es una mariposa, ¡es un hada!

—¿Cómo va a ser un hada? —Su madre se apartó hacia atrás para poder enfocar—. Mmmm… sí que es diferente, será alguna especie rara de mariposa.

No convenció a Kora, quien estaba segura de lo que era. La llamó Cami y le echaba migas de pan para que comiera. Todos los días le hablaba: le contaba lo que había hecho; si estaba triste, contenta o enfadada; también le leía cuentos.

Una tarde, Kora lloraba sentada en la cama. Estaba castigada y no podía salir. Se levantó y se acercó a la ventana; el cielo estaba azul y en los columpios de enfrente de su edificio se divertían muchos niños. No solo los veía sino que también escuchaba los gritos y las risas.

Apoyó las palmas de las manos y la frente en el cristal. Suspiró. Giró la cabeza mientras decía: «Menos mal que te tengo a ti». Cami mantenía la misma postura que ella, pero sobre la pared transparente de la botella. Kora miró la ventana, luego la botella, después la ventana y otra vez la botella. Sintió que algo le quemaba por dentro, en el estómago. Le costaba respirar y notaba pinchazos en las mejillas. Cami se sentía igual que ella ahora mismo: encerrada tras un cristal desde el que podía ver lo que deseaba pero no alcanzarlo. Ahora lloraba de pena y de culpa, por haberle hecho eso a aquella pequeña hada a la que tanto quería.

Cogió la botella y con suavidad le dio la vuelta. Cami resbaló con los pies por delante pero se quedó atascada, era demasiado ancha. Salió corriendo de su cuarto y, una vez más, apareció con la botella por delante ante su madre.

—¡Kora! ¡Vuelve a tu cuarto! ¡Estás castigada!

—Mamá, por favor, ayúdame. No sale. Tienes que ayudarme a sacarla.

El tono de voz, la cara de angustia y las lágrimas que Kora parecía no sentir ablandaron a su madre. Cogió la botella y comprobó que la criatura que estaba dentro no salía por muy poco. Fue al cuarto de baño, seguida tan de cerca por su hija que temía que se tropezaran. Con un dedo, extendió gel de ducha por el interior del cuello de la botella. Aguantando la respiración la giró muy despacio, y la pequeña hada resbaló hasta salir. En cuanto estuvo fuera echó a volar. La siguieron y vieron cómo escapaba por la ventana abierta de la cocina.

Aunque su madre le levantó el castigo, Kora volvió a su habitación. No tenía ganas de hablar ni de jugar. Había perdido a su mejor amiga y se sentía fatal por lo mal que la había tratado. Seguro que Cami la odiaba, y con razón.

Dos horas después escuchó unos golpes en la ventana. Se acercó y comenzó a gritar y a saltar. Era Cami. Abrió y su amiga entró. Kora reía y la miraba. La veía más bonita, más brillante. Le contó lo mal que lo estaba pasando, cuánto lo sentía y le pidió perdón.

Cami se fue antes de que anocheciera, pero vuelve por lo menos una vez por semana y escucha todo lo que su amiga Kora tiene para contarle.

39 comentarios en “Kora y Cami

  1. tecuentodeviajes dijo:

    ¡¡¡Lunaaaaaaa!!! 😀 que maravilla de cuento, que historia más empática y tierna, me ha encantado esa mágica metamorfosis 😀 Un millón de gracias por este precioso regalo, porque eso son vuestros mensajes, auténticos regalos que me traen las ciber olas y las ciber mareas…muchas GRACIAS por jugar conmigo linda hada 😉 por hacerme viajar y soñar 😀 A ver si algún lector se anima a recoger la Blog-T-ella de tu orilla 😀 por supuesto están todos invitados. Os espero 😀 . Un abrazo grande y besitos.

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  2. tecuentodeviajes dijo:

    Me ha encantado 😀 y que hayas disfrutado del proceso también 😉 😀 . Gracias siempre a vosotros compañera de teclas, sin vosotros esto no tiene ningún sentido 😉 necesito vuestra energía mareomotriz, la energía y magia de vuestras letras para hacer navegar a la garabata. Un abrazote linda Luna, un placer encontrarte en esta especial travesía. Nos leemos. Muak!!

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  3. whatgoesaround dijo:

    Bueno, de entrada el vocablo «garabatoliterario» me encanta, mola mucho, estoy por agenciármelo… Qué bonita la ilustración de Cristina, los colores, esa forma de la hada, el vestido, el pelo, el color violeta.
    Muy bonita la historia… también lo sentí… pegada a la ventana, la pared de cristal de la botella, mirar sin poder salir, la misma sensación… le regaló la libertad y su amiga que la quiere viene a escucharla.
    Oye, que sepas que en japonés, aunque escrito con k de kilo, «kami» significa por un lado «papel» y por el otro «pelo», aunque son dos palabras totalmente distintas, por el ideograma. Kora y Kami también quedaría perfecto, es como una unidad fonética. Eufónico, ¿verdad?

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    • lunapaniagua dijo:

      Sí que es una palabra muy chula, garabatoliterario, es de Cristina, yo solo he copiado.
      Pues si te animas, podría viajar la Blog-t-lla hasta Barcelona. Un texto inspirado en la imagen, que como dices es preciosa.
      Curioso lo de kami. La verdad es que no sé porque puse esos nombres, el título siempre me cuesta mucho elegirlo y así era fácil.
      ¡Gracias!

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  4. Magdalena dijo:

    Querida Luna ¿ te dije que me encanta tu nombre ? ja,ja, creo que sí. Bueno, pues te diré que una «garabata» en gallego es una corbata. Ya ves que palabra tan bonitiña.
    Decía Montesquieu que «El que tiene imaginación y no se educa, tiene alas, pero no tiene pies». No cabe duda de que tus alas superan a las de Cami y tus pies corren más que las botas de siete leguas de Perrault. Continúa con esa prodigiosa imaginación deleitando a todos los que te seguimos.
    Besiños palmeiráns.

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    • lunapaniagua dijo:

      No sé si te decepcionaré pero Luna es seudónimo, en realidad me llamo Uxue, pero lo elegí porque a mí también me gusta mucho y me quedó la espinita de no ponérselo a una de mis hijas.
      Garabata, sí que es una bonita palabra. Lo puso Cristina, la autora de la ilustración y de este reto tan bonito.
      Muchísimas gracias por tus palabras, me gusta el concepto de cuentos para adultos, hacer volver esa inocencia e ilusión infantil aunque solo sea un momentito.
      Besotes enormes 🙂

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  5. tecuentodeviajes dijo:

    Muchas gracias Note, tu si que eres bonita 🙂 Me alegra que te guste mi infundio creativo viajero 😀 El cuento de Luna es precioso 😀 espero que se lo haya contado ya a sus peques 😉 .
    Me pregunto que historia te contaría a ti don Pablo si le enseñaras mi garabata embotellada ¿a qué tiempo pasado le recordaría? ¿qué le evocaría a él?… ¿te hablaría del mar?… Si algún día os apetece jugar avisa que os mando la blogtella ipso facta 😉 Un abrazo de los que te molan, largo, calentito, XL superplus 🙂 Muak!!

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