Crueles adultos

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CRUELES ADULTOS

Nos enviaban de una patada a las duras calles. No importaba que hubiéramos sido sus mejores amigos y su única compañía en las oscuras noches de fantasmas y monstruos. Ya eran mayores y no necesitaban un peluche. Tampoco les preocupaba cómo acabábamos: algunos en el vertedero, otros en pedazos tan pequeños que ni se adivinaba qué eran. Los que menos eran recogidos por algún niño al que nunca habían comprado un juguete. Yo tuve la suerte de ser uno de esos. Pasé de sentirme el muñeco más desgraciado del mundo, al más amado. Porque quien te recoge de la basura y te da su cariño te quiere de verdad.

27 comentarios en “Crueles adultos

  1. carlos dijo:

    Es un relato con una ternura especial. A penas recuerdo haber tenido juguetes. Un ladrillo, una lima gastada, algunas chapas acristaladas y los silbatos de hueso de albaricoque son los tesoros que ahora recuerdo. Ah, y una escopeta de bolas. Un besazo.

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  2. Raúl dijo:

    Cogemos lo que necesitamos y abandonamos lo que nos ha hecho feliz, y eso que dicen que somos la especie más inteligente. Muy bonito Luna, me ha venido a la cabeza la película «Toy Story» y la famosa frase de Buzz Lightyear: «Hasta el infinito… ¡y más allá!» Saludos.

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    • lunapaniagua dijo:

      Yo guardo dos muñecas, dos barriguitas de las de antes, como oro en paño. A veces pienso que no tiene sentido y que se las debería dar a mis peques, igual que otros juguetes, pero no lo hago. No sé por qué…
      Gracias 😉

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