Hasta el infinito

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HASTA EL INFINITO

—Deberías ver las rozaduras de mis talones, los tengo en carne viva. Eso sí, ha merecido la pena: una ascensión dura, pero ¡qué vistas desde arriba! El Aneto es el monte más alto de Pirineos, ni más ni menos. Y los he subido más altos, hija, antes de que tú nacieras. Yo subí al Everest, ¿sabías eso, Mariana?

—Eres un campeón —respondió Carla, mientras miraba a los ojos velados de su abuelo y le apretaba la mano. Él sonrió y perdió la mirada en el horizonte, más allá de la verja del geriátrico.

25 comentarios en “Hasta el infinito

  1. Magdalena dijo:

    Te aseguro querida Luna, que lo pasa peor, el que está al lado del que lo sufre, que el propio enfermo. Te lo digo por experiencia propia. El que está con esos campeones, tiene que tratar de ayudarles en esa escalada al Aneto imaginario. Así de esa manera, es el cuidador, con mucha paciencia, el que llega a escalar ese ocho mil que debe su nombre al topógrafo británico,
    Besiños palmeiráns, princesa.

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    • lunapaniagua dijo:

      Lamentablemente yo también tengo experiencia, aunque no soy la persona que lleva la mayor carga. Es duro y triste, qué pena, aunque a la vez demuestra un amor incondicional, que quería reflejar con la reacción de la nieta y con el título.
      Muchas gracias, besazos.

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