Aunque siempre me daba un caramelo de jengibre cuando subíamos en el ascensor, no me gustaba encontrármela. Creo que las arrugas de su cara me daban grima. Vivía en el quinto y ya era vieja cuando yo era niño. Mi hermana y yo la llamábamos la Dinosaurio a pesar de las regañinas de mi madre.
El día que vi su esquela en el portal no sentí nada. Sin embargo, al entrar en el ascensor un fuerte olor a jengibre penetró en mis entrañas y se me clavó como una daga. Ahora siempre subo por las escaleras; aun así, la extraño.
Relato para el taller de escritura de Literautas de junio. Requisito: microrrelato de cien palabras como máximo y de tema libre. Reto opcional: incluir en el texto las palabras daga, ascensor y dinosaurio.
Me gustó el relato, en tan pocas palabras hay muchos sentimientos contradictorios y muy propios de los niños.
Creo que nunca he comido caramelos de jengibre, pero sí de cubalibre, sabían a Cocacola.
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Tienen un sabor especial, creo que de esos que te gustan o no te gustan, sin término medio.
Muchas gracias. 😊
Un besote
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Hay aromas que arrastran recuerdos, suele suceder. Dinosaurio y daga son palabras de uso poco frecuente en un texto real y actual; sin embargo las has incluido muy bien en el relato, Luna. Y fíjate, que me hizo ir a revisar el significado de esquela. Fue todo un descubrimiento para mí. Acá usábamos solo la tercera acepción. En la época de adolescentes comprábamos e incluso coleccionábamos esquelas con diferentes impresiones, colores y hasta perfumadas, para escribir cartas a los enamorados de turno. El tiempo pasa ¡qué duda cabe!
¡Un abrazo grande!
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Tú también me has hecho mirar el significado de esquela, je, je. No conocía más significados, una pena porque de haberlo sabido lo hubiera puesto de otra manera, así seguro que te ha cortado la lectura.
Gracias, Sari. Abrazos
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Has manejado con soltura las palabras del reto, que eran complicadas, para elaborar tu relato: la vejez y la muerte desde los ojos de un niño. Muy bueno. Un abrazo, Luna.
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Muchas gracias, Mayte. Hay algunas personas que creo que siempre las he conocido mayores, y me pregunto qué edad tendrían al verlas por primera vez. Quizá la mía y entonces ¡me parecían viejas!
Un besote
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Uff, me sigue pareciendo dificilísimo escribir un texto tan corto con tres palabras como si fueran tres obstáculos, y encima que sea sugerente. Por cierto, no me gusta el jengibre … Un abrazo, Luna.
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No es fácil, como diría Lídia: «Por eso se llama reto», je, je. La satisfacción que da cuando consigues calzarlas es grande, la verdad.
Gracias, Raúl. Un abrazo
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Muy buen relato Luna (Los aromas perduran en nuestra memoria que los hace eternos, como la muerte).
Un abrazo muy fuerte.
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Parece que el olfato es un sentido «de segunda», pero nos damos cuenta de que no cuando, por ejemplo, abrazamos a alguien importante a quien hace tiempo no veíamos o cuando un olor nos evoca una presencia.
Muchas gracias, Isabel. Un abrazo
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Muy bien resuelto el reto, Luna, no pintaba fácil 👏🏻👏🏻
Es curioso lo de los olores. A veces te llega un olor que asocias a un recuerdo, y esos segundos que tardas en evocarlo es como buscar en el baúl (de Karina, claro) 🙂.
Un abrazo.
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Y qué rabia da cuando sabes que es un olor familiar, pero no caes.
Muchas gracias, me encantan estos retos aunque son difíciles. O por eso, seguramente. Aunque me parece mucho más difícil un personaje que hable solo con la «a» (sigo impresionada).
Un abrazo
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Se nota que te gustan esos retos porque los superas con mucha soltura.
Muchas gracias por el cumplido 🙂
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Enhorabuena Luna has reflejado el choque entre generaciones, incluso cierta repulsión que siente los más jóvenes frente a la vejez que desemboca en cierto temor a tomar el ascensor. Un besazo.
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La perspectiva va cambiando, con 10 años los de 40 son viejos y con 40 los de 60 aún no lo son. 🙂
Muchas gracias, Carlos.
Un besote
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Gracias Luna. Hasta ahora parece que los primeros 64 no han hecho demasiada mella, salvo en las vértebras. Pero vamos que hasta me veo más guapo. Un besote.
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¡Yo te veo estupendo! 😉
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La imaginación, querida Luna, es el complemento de los sentidos, esa perfección la tienes desarrollada a la máxima potencia.
Imaginación al poder. Eres genial… con tus genialidades.
Besiños palmeiráns.
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¡Y que no falte nunca la imaginación! Nada mejor para desconectar un ratito de vez en cuando… Mil gracias, Magdalena, por tus palabras.
Un besazo enorme
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Muy bueno es el texto, en plan de los recuerdos y las sensaciones infantiles. Tiene mucha escencia el relato. Un abrazo.
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Qué distintas las percepciones de los niños y los adultos. Da la impresión que las de los adultos son más racionales y más puras las de los niños.
Muchas gracias. Un abrazo
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Es que los niños se aprenden seguir el protocolo ( ser politicamente correcto) madurando y, por desgracia, perdiendo la magia de expresar el sentimiento puro del corazón . Bueno, a cada cosa su tiempo. Un beso, Luna.
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Qué buen relato, cuando somos niños hay veces que nos formamos ideas de algunas personas que no corresponden para nada con la realidad.
A mi me gusta el jengibre pero en galletas.
Gracias por todo Luna.
Por cierto mi blog se arregló y estoy muy contenta de haber recuperado todos los comentarios.
Un abrazo y gracias por tu interés ayer con mi blog. ⚘
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¡Muchas gracias! Me alegro de que se solucionara lo de tu blog. 😊
¡Un abrazo!
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Creo que yo también hubiera hecho lo mismo. Jaja! Mejor las escaleras que toparme con un fantasma.
Muy bien combinadas las palabras, por cierto!
Saluditos Luna! 😉
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Y además así se mantiene en forma. 🙂
¡Gracias!
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