El pasado fin de semana fui de acampada con mi nieto, en lo que había planeado una noche muy especial: en honor a nuestro origen sioux, encenderíamos una hoguera, frente a la que meditaríamos para intentar descubrir su animal de poder.
Bajé los trastos del coche, monté el tipi, busqué ramas y encendí el fuego. Mientras tanto, mi nieto permaneció sentado mirando el móvil. Ni que decir tiene que fue tan imposible meditar como convencerlo de que quitara el sonido al dichoso trasto. ¡Qué ganas de cortarle la cabellera!
Microrrelato para el reto Escribir jugando de mayo del blog de Lídia. Requisitos:
- Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
- En tu creación debe aparecer el objeto del dado: tipi.
Reto opcional: que aparezca «Animal de poder» en la historia.
El espíritu «sioux» te atrapó y se salvó de milagro porque era tu nieto. No sabrá de la que se salvó hasta que sea mayor y se haya olvidado del celular. Un buen relato para afrontar tu reto. Me divirtió la lectura.
Manuel
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sabrá de la que se salvó y ¿se lamentará de todo lo que se ha perdido?
Muchas gracias, Manuel, espero que estés muy bien.
Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si Luna, todo bien por casa. Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegro mucho, ¡que siga así!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Menos mal que era familia! Jaja!
Saluditos Luna. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ya sabes, donde hay confianza…
La cabellera no le cortaría, pero no sé yo si no acabaría el móvil en la hoguera…
Gracias, Little. Un saludito. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Uyy! no se yo que sería peor: si perder la cabellera o perder el móvil. 😀
Me gustaLe gusta a 1 persona
También es verdad, ja, ja, ¡si es que es muy duro ser adolescente!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Arráncale la cabellera, por todos los dioses! Ese niño no merece descubrir su animal de poder. jajaja Me has reír como viene siendo una costumbre. Muchas gracias por participar en el reto.
Un abrazote, Luna 🙂
Me gustaLe gusta a 2 personas
Seguro que es un perezoso, ja, ja. Gracias a ti, como siempre. 😉
¡Un besote!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Jajaja, ¿no quedan niños sin infectar?
Con lo bonito que tiene que ser saber tu animal de poder.
Besos!!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Y si quedan les faltará poco, je, je. Hace un para de días vi una foto de tres jóvenes en la terraza de un bar, cada uno mirando su móvil, ya ves, para eso tantas ganas de salir…
¡Un besote!
Me gustaLe gusta a 1 persona
No es lo mismo mirar el móvil en compañía que en soledad, entiéndelo 😉
Me gustaLe gusta a 2 personas
No tiene perdón… ¿Cómo puede preferir el móvil a descubrir su animal de poder? Jeje… Muy divertido y original micro, Luna.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Ya ves, estos adolescentes inconscientes, je, je. ¡Y el disgusto que le ha dado a la abuela!
Muchas gracias, Mayte.
Un besote. 🙂
Me gustaLe gusta a 2 personas
Que oportuno para esta época. El tiempo nuevo oculta bajo un manto de indiferencia lo que mañana será imprescindible de nuevo. Soñar sin muletas. Un besazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Qué bonito lo has plasmado.
Es una pena perder algunos momentos, pero somos muy de ver las cosas solo cuando es tarde.
Muchas gracias, Carlos. Un besote
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me parece imposible que, con tan pocas palabras, hayas podido meter «tipi» y «animal de poder» …, cada vez me sorprendes más. Los jóvenes son primero jóvenes y después Sioux, eso es irremediable. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias, Raúl! Esta vez hasta me han sobrado palabras, con lo que sufro otras veces recortando…
¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
A ver, cortarle la cabellera yo creo que no, pero confiscarle el móvil a perpetuidad sería una buena enseñanza, aunque me temo que es una guerra perdida. Muy bueno el micro, como siempre. Abrazos Luna y salud ¡¡
Me gustaLe gusta a 2 personas
Si le das a elegir igual prefiere lo de la cabellera, o un brazo. 🙂
Muchas gracias, Carlos. ¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ay, los adolescentes y los móviles… Bueno, y los adultos 🤷🏻♂️
Como siempre, muy creativo y divertido. Un abrazo, Luna.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, todos, nos quejamos pero no sé si podemos hablar muy alto. Muchas gracias, Capitán.
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Iker tiene siete años y solo le arranco del portátil (el móvil todavía no) cuando le digo que jugamos al parchís, las cartas, hundir la flota, las damas y esos juegos de antes. Soy una abuela con suerte. Pero no tardará mucho en que ya no quiera jugar conmigo…
Muy bonita la historia, mucho contenido en pocas palabras.
Abrazos, Luna.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que si les diésemos más opciones, como haces tú, no se viciarían tanto con los aparatos electrónicos (por lo menos hasta la adolescencia…). Iker también es un nieto con suerte.
Muchas gracias, Estrella. Un abrazo. 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Leí que los niños de hoy se nacen con el móbil en la mano, aunque andan muchos bulos por ahí ,esa información me pareció bastante verocimil. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nacer con ellos en la mano, no sé, pero alargarla para cogerlo, siempre, je, je. Claro que aprenden por imitación, así que mucho tenemos que ver los adultos.
¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Si no llega a ser su abuela, seguro que le corta la cabellera, pero sin dudarlo, jajaja.
Muy bueno Luna.
Un fuerte abrazo🌹
Me gustaLe gusta a 1 persona
Seguro, y qué mal luego los selfies para instagram, ja, ja. ¡Muchas gracias, Ivonne!
¡Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jajaja! Totalmente entendible. Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Era eso o él móvil a la hoguera. 🙂
Gracias, Francisco. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hubo un tiempo, querida Luna, en que los teléfonos funcionaban atados a un cable. Pero ya hace tiempo que somos nosotros los que vivimos atados a los teléfonos… móviles.
Besiños palmeiráns, queridísima Uxue.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Qué verdad, y sin cable ni nada, atados por nosotros mismos.
Muchas gracias, Magdalena. ¡Besazos!
Me gustaMe gusta