
Imagen de Carlos – La estaca clavada
Ojalá pudiera olvidarlo, pero lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer. Viajé en tren hasta Lisboa por un asunto de trabajo. Me registré en el hotel que me habían indicado y, como ya era tarde, entré en el restaurante con intención de cenar.
Me sorprendió muy agradablemente que allí mismo estuviera actuando una cantante de fados, pero más aún su hermosura. Y mi sorpresa fue ya inmensa cuando, tras cruzarse nuestras miradas, mantuvo la suya en la mía hasta acabar la canción y bajó del escenario para acercarse a mí. Apenas nos dijimos nada; no hacen falta palabras cuando los cuerpos hablan, y al poco rato estábamos en la cama de mi habitación.
A las cuatro de la mañana ella dormía y yo me levanté con cuidado para coger mi móvil: era la hora a la que debía recibir los detalles del encargo. Llegaron puntuales. Sentí que el estómago me ardía al ver la cara de mi nueva amiga en la pantalla; sin embargo, no podía dejar que los sentimientos me dominaran. Saqué la maleta que había guardado debajo de la cama, la abrí, monté el silenciador en la pistola y cumplí mi misión.
Una terrible prueba destinada al fracaso. Con la víctima también muere la esperanza de alcanzar la felicidad. Impresionante. Este da para un corto de superior calidad. Un besazo.
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Por cierto en ese mismo andén, cada noche se detiene el Tren Nocturno a Lisboa.
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Mira qué casualidad, o no… alguna conexión tenemos, y por eso la imagen me ha llamado cuando cotilleaba entre las de tu blog como otros hacen en pixabay. 🙂
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Llegas y encuentras una motivo para darme otra alegría.
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Muchas gracias, Carlos. El fado te lo dedico, que sé que te gustan. 😉 Muchas gracias también por la foto, queda bien, ¿verdad?
¡Un besote!
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Me parece que queda estupenda, gracias por la canción, el fado viene para cantar el enfado de un pueblo acostumbrado a sentir el fracaso. Un besazo.
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Pura coincidencia en la vida de un asesino a sueldo. Fue un trabajo placentero y nada difícil. Hablando del fado. Hace dos años estuve en Lisboa. Mi hijo menor vive en Portugal y disfruté una noche en el Teatro del Fado. Una noche inolvidable. La canción me trae esos recuerdos. Muy bueno tu relato Luna. A decir verdad, siempre disfruto de todos.
Manuel
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Los fados transmiten muchísima emoción, una melancolía preciosa. Yo también estuve en Lisboa hace muchos años, pero no tuve la suerte de ver fados en directo.
Muchas gracias, Manuel. Un fuerte abrazo
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La próxima no te lo pierdas. Un buen fin de semana para ti.
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¡Igualmente!
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¡Qué impactante final!
Es un registro nuevo, al menos yo no te había leído nada de este estilo.
Me gustan mucho los dados, por cierto. Y la foto de Carlos.
Besos, Luna
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Muchas gracias. 🙂 Sonaba el fado mientras repasaba el micro y le daba un efecto muy interesante. Me imaginaba al pobre asesinito volviendo en el tren, melancólico… pero me pareció que alargar el relato estropearía el final.
¡Un besote!
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Los dados no, los fados. El corrector prefiere los dados 😉
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El corrector suele preferir algo diferente a lo que queremos decir, eso ya lo sabemos, je, je
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¡Qué fuerte! No lo alargues más. Tiene la fuerza suficiente. Es la magia de la escritura, con pocas líneas toda una historia. Yo sí he escuchado fados en Lisboa. En un mesita con dos velas, y a una cantante tan bella como la de tu relato. Pero no soy un asesino, jeje
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Claro, claro, eso dicen todos, je, je. Qué ganas tengo ahora de volver a Lisboa y ver cantar fados. Está bastante complicado de momento, así que me conformaré con youtube. 🙂
¡Muchas gracias!
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Estupendo relato. Se te dá bien cualquier estilo. Este queda muy bien con ese final pero daría para una película. Besos
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¡Muchas gracias! Besitos. 🙂
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¿No te entran ganas de llorar escuchando un fado? ahora mismo tengo la piel de gallina y una nube en los ojos… Gracias, Luna, por este regalo en este momento.
El relato muy bueno, no necesita más palabras, si fuera en la realidad le desearía al matón que todas las noches se le apareciera la cantante de fados, noche tras noche, hasta que pidiera a gritos que se fuera, sin descanso…
Abrazos.
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Sí, suenan muy tristes y emocionales, tiene que hacer falta mucho más que saber cantar para interpretar y transmitir tanto.
Muchas gracias a ti, Estrella. 🙂
¡Un abrazo!
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Qué bueno, Luna. Has condensado la esencia del cine negro en pocas líneas.
Enhorabuena!! Un abrazo 🙂
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Muchas gracias, Capitán. ¡Un abrazo!
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Has cambiado, de manera magistral, el ambiente de los clubes nocturnos de jazz por un local de fados en Lisboa, ciudad que adoro y a la que voy siempre que puedo. Deberías seguir con estos relatos de género negro, éste tiene mucha fuerza ¡Qué grande Amália Rodrigues! Un abrazo, Luna.
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Muchas gracias, Raúl. Queda escrito tu consejo sobre escribir sobre este tema, ¿eh? Luego no me vengáis con que mato mucho, ja, ja.
¡Un abrazo!
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Todo un profesional. Imagino que los negocios le van superbien. 😉
Saluditos Luna!
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Ya ves, no le tiembla la mano a la hora de cumplir lo acordado. Que si no sabes más suena bien, pero… ejem.
Un saludito. 🙂
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¡ Qué buenísimo, Luna ! me ha encantado.
Ya sabes aquello de “El dinero rompe recatos…” Y por él, incluso hay gente que libremente decide dar de baja a otros en la vida.
Besiños palmeiráns, recordada y querida Uxue.
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El dinero por encima de todo… de los demás e incluso de uno mismo.
Muchas gracias, Magdalena. Un besazo enorme
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Wow Luna, una increíble historia que lleva un pico de todo, buenos ingredientes, el final te deja muerta, jejeje.
Un abrazo🌹
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Ja, ja, muchas gracias. Parece que no siempre es bueno ser profesional…
¡Un abrazo!
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Genial, Luna! Excelente y muchas gracias ❤️👍
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¡Muchas gracias a ti! 🙂
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