Autor: Javier Castillo
Editorial: Suma
Fecha de publicación: 11 de enero de 2018
Número páginas: 281
Edición: Kindle
Género: thriller
Javier Castillo creció en Málaga. Escritor de relatos cortos desde la adolescencia, El día que se perdió la cordura fue su primera novela y un éxito comercial. El día que se perdió el amor fue su segunda novela, continuación que pone punto y final a la bilogía cordura-amor.
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Sinopsis:
A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.
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«A veces el amor te pone en el camino equivocado para que sepas cuánto duele».
Tras El día que se perdió la cordura (reseña) llega El día que se perdió el amor, y voy a intentar reseñarla sin destripar nada de ninguna de las dos. La primera parte termina con un final abierto, la segunda la continúa y cierra la historia.
Una joven desnuda, magullada y con varios papelitos amarillos con nombres escritos a mano aparece en las oficinas del FBI de Nueva York. Su comportamiento es tan extraño como su aspecto. Pero, si esto ya es llamativo, lo que termina por atraer toda nuestra atención es el hecho de se descubra el cadáver de una mujer decapitada, cuyo nombre figura en uno de esos papeles. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, sabe que no es un caso normal, así como que no será fácil desentrañarlo.
Amanda, a quien ya conocemos de la primera parte, disfruta de una existencia tranquila y feliz: está a punto de reincorporarse a un trabajo que la apasiona, tras tomarse un año sabático en el que se ha recuperado de las heridas que el pasado le infligió. También la parte afectiva le sonríe: mantiene una relación con un hombre que la adora y al que adora, un amor que presumen predestinado y eterno (¿cuál no lo es en su momento? En todo caso, aviso: no es apto para diabéticos). Sin embargo, la peor de sus pesadillas se hará realidad y les demostrará que el pasado no estaba tan enterrado como creían.
Esas dos tramas —la del inspector Bowring y la de Amanda— son contemporáneas y se entremezclan en capítulos cortos. Y tenemos otra historia intercalada: una que se remonta varios atrás y nos trae la evolución de un personaje que también conocimos en la primera parte.
Las tres narraciones llevan a un punto de encuentro y descifran las incógnitas que dejó en el aire El día que se perdió la cordura. Personalmente, no me acaba de convencer esta resolución, pienso que le falta sustento, resultado en parte de algunos puntos débiles que arrastra desde la primera parte. No obstante, El día que se perdió el amor es una lectura entretenida, con tensión, y una trama rica y dinámica.
Se puede adquirir esta novela en tapa dura o blanda y versión Kindle en Amazon.
Una lectura interesante para disfrutar un domingo tranquilo. Buena tu recomendación a partir de tu reseña.
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Muchas gracias, Manuel. Un abrazo
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Por nada Luna.
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Parece atrayente. gracias Luna por tus sugerencias.
Besiños palmeiráns.
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Gracias a ti por pasar siempre por aquí.
¡Besazos!
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Tus reseñas siempre son interesantes, porque eres sincera en tus apreciaciones. Un atractivo más para leer los libros que comentas.
Abrazos.
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Muchas gracias. No lo he comentado, pero parece que van a hacer una serie de televisión de esta colección.
Besotes
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Parece ser una larga lectura bastante compleja que requiere varios volúmenes para su desarrollo. Creo que no me va a gustar. La que sí me gusta es tu excelente reseña. Un besazo.
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Además, este estilo no te emociona… Muchas gracias, Carlos. ¡Un besote!
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