Qué dicen

qué le dicen los árboles al viento

qué cuentan sus hojitas crepitantes

qué historias fuera de mi entendimiento

.

luego el viento con su habla siseante

conversa con las nubes pasajeras

de ese idioma soy completa ignorante

.

y las nubes, del cielo mensajeras

relatan con su mímica de paso

siluetas a mi juicio extranjeras

.

escucho, callo, miro, mas no hay caso

no acierto a comprender, aun mi cultura

me hallará abstraída el ocaso

cual sorda, muda y ciega criatura

Apocalipsis

laurel agosto

APOCALIPSIS

Herida en sus entrañas llora Gaia
de sangre y savia, ácidas lágrimas
se funden en un río
encrespado, implacable, atronador,
mortal.
Sobre él se balancean los verdugos
apretados en un puente colgante.
Ya no existen fronteras, colores ni linajes,
ya da igual quién se es y a quién se ama;
porque ya no hay amor.
¡Ahora lloráis, malditos egoístas!
Suplicáis un perdón inmerecido.
Fue vuestra estupidez
la que inclinó a su lado la balanza
y arrasasteis con todo a vuestro paso.
El destino está escrito, no hay salida.
Caeréis. Moriréis.
Es la venganza de la Madre Tierra.

 

 

Microrrelato para el reto de escritura de agosto «Escribir jugando» de el blog de Lídia.

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