ÓRDAGO AL AMOR
—Pero ¿a ti te parece normal? —me pregunta mi mujer, frotándose las manos ya secas una y otra vez con el trapo de cocina.
—Claro que sí. Son una pareja y quieren tener un hijo. Es lo más normal del mundo —contesto a pesar de que sé que me traerá consecuencias.
—¡Pero que son dos chicos! ¡Dos chicos! Los hijos se tienen entre un hombre y una mujer, de toda la vida de Dios. —Ha soltado el trapo y me mira fijamente—. ¿Es que no vas a decir nada?