La cicatriz

cicatriz 28

LA CICATRIZ

—Abuelo, ¿por qué tienes esa cicatriz, ahí en el costado? —preguntó Martín, un inquieto niño de seis años.

—Verás, hace muchos años —comenzó a relatar—, me fui solo de vacaciones a Nepal y…

—¿Solo? ¿Y la abuela? —interrumpió el pequeño.

—Aún no nos conocíamos. El caso es que entré en un restaurante, pero no sabía qué pedir porque no conocía la comida de allí. Y de repente oí una voz detrás de mí, de chica y con acento inglés: «Te aconsejo el momo».

—¿Qué es eso?

—Una bola de una masa fina, con varios ingredientes dentro.

—¿Estaba bueno?

—Mucho.

—¿Y quién era esa chica?

—¡Deja de hacer preguntas y te lo contaré todo! —Al ver que el pequeño permanecía callado, continuó—. La chica se llamaba Christine. Tendría unos veinte años, era de Londres y muy, muy guapa. Parecía una chica Bond. —Vio que Martín daba pequeños botes y levantaba un dedo, como si estuviera en clase. —A ver, ¿ahora qué?

—¿Qué es una chicabon?

—Es… cómo te lo explico… bueno, son unas chicas muy guapas. El caso es que después de comer fuimos a un bar a tomar una… infusión. Y lo siguiente que recuerdo es despertarme en una habitación vacía, con dolor de cabeza y una herida con diez puntos aquí. —Señaló la cicatriz.

—¿Diez? ¿Qué te había pasado?

—Christine me drogó y me robó un riñón.

—¡Ala! —Martín abrió mucho los ojos y puso las palmas de las manos contra las mejillas. —¿Y lo encontraste?

—No —sonrió, ante la inocencia de su nieto—. No lo encontré. Pero tu abuelo es muy duro y ha vivido sin problema con un solo riñón. Por eso me eligieron a mí, se ve a simple vista que soy fuerte y mis órganos están muy sanos.

—Yo de mayor quiero ser como tú —dijo Martín y le dio un abrazo.

—Pues tienes que comer mucho y de todo.

—¿Coliflor también?

—También.

—Jo. —Arrugó la nariz, y de inmediato sonrió—. ¿Puedo ir a ver la tele?

—Claro, cielo.

Cuando el pequeño se marchó, la abuela, que leía un libro pero había escuchado todo, le dijo a su marido:

—Pobre chiquillo, ¿por qué no le has contado la verdad?

—¿Qué me pillo un toro en un encierro de San Fermín? Pensaría que  soy idiota y torpe.

La abuela giró la cabeza de un lado a otro, suspiró y continuó con la lectura.

Reto 28 para Literup – Escoge tus tres libros favoritos y utiliza la primera palabra de cada título para hacer un relato en el que las integres.

¿Sabéis qué tres libros he elegido?

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