El peso de la libertad

reto de escritura

No sabe cuánto tiempo permaneció de pie mirando el armario vacío. No era capaz de entender que ella comprendió que, por más que fuera de oro, una jaula no dejaba de ser una jaula, y que ni todo el dinero del mundo ni un cheque sin fondos tenían más peso que la libertad.

Microrrelato para el reto Escribir jugando de abril del blog de Lídia. Requisitos: Seguir leyendo

Si hoy es

Parque Playmobil

Quizás hoy sea uno de esos días en los que buscas algo para leer, para analizar entre líneas, porque necesitas encontrar palabras que te abracen, y pases por mi blog. Si es así, sé que es por algo que inquieta un corazón generoso y sensible. Si hoy es uno de esos días, no te voy a decir que te abrazo en la distancia. O que eres muy fuerte, pero no tienes que poder con todo; nadie puede. O que vales mucho y quien no lo sepa apreciar no te merece. O que pensar más en ti y menos en los demás no sería egoísmo. No, no te voy a decir todo eso, aunque lo piense. Eso ya puedes leerlo en otros sitios. Seguir leyendo

Flor de franela

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—¿Qué has encontrado, Selenita?

—Que no me llames así. Me llamo Selena.

—Si es cariñoso. Como eres más pequeña…

—No me tienes cariño. Y solo me llevas dos meses.

—Ahora mismo un año, yo tengo 15 y tú 14.

—Entonces te llamaré Laurota.

—Ni de broma. Que qué has encontrado.

—Esto. —Mostró una flor que parecía tener plumas blancas en lugar de pétalos.

Laura la cogió y, como si no fuera dueña de sus movimientos, se la colocó con suavidad a Selena sobre la oreja mientras le apartaba el pelo. Cruzaron las miradas, tratando de interpretar aquel momento.

Microrrelato para el reto Escribir jugando de marzo del blog de Lídia. Requisitos: Seguir leyendo

Grises

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Miró hacia atrás una última vez para despedirse de los restos humeantes que encontró al volver al molino que había sido su hogar. Se arrancó la Algiz de madera que llevaba al cuello y la tiró con fuerza al suelo. Las de su familia habrían ardido junto con sus cuerpos; si a ellos no los había protegido, no la quería.

Azuzó al caballo. El viento se llevaba sus lágrimas mientras galopaba hacia los montes vestidos de primavera. Él solo veía tonos grises.

Microrrelato para el reto Escribir jugando de febrero del blog de Lídia. Requisitos: Seguir leyendo

Año nuevo…

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Se cansó de creer que incluso el más duro y oscuro podía brillar cual turmalina negra; que había más de lo que se veía a simple vista, como bajo los icebergs y la pirámide del Louvre, y que con paciencia conseguiría sacárselo a la luz y todo mejoraría.

Sí creyó en un tópico. Por eso, ese 31 de diciembre, cerró la puerta al salir y se dijo a sí misma: «Feliz Vida Nueva».

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La Diabla

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Llevo 1781 días aquí. Cuando entra el primer rayo de sol, hago una marca en la pared. Y las cuento todas desde el principio. Qué tontería, pensarán quienes tengan más que hacer que ver pasar la vida encarcelados.

Mi otro pasatiempo es cerrar los ojos y repasar aquel momento de la noche anterior a que la prensa me apodara la Diabla de Puertomellado: el cuerpo con el pecho abierto y las vísceras fuera; y él, inmóvil, con el cuchillo ensangrentado en la mano, hasta que se lo quité y le grité «¡Vete!».

Qué no haría una madre por su hijo.

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Cuentos

Luna Paniagua

Una leo, un cáncer y una virgo, nacidos de una piscis. No sé qué dirán los astrólogos, pero para mí es una unión mágica, fantasiosa; el mayor de mis tesoros. Por supuesto, entre tanta luz siempre surgen sombras. Aun así, si tuviera una goma de borrar el pasado, no sé si la usaría; no fuera a cambiar el ahora.

Al fin y al cabo, ¿en qué relato no hay malos? Y siempre pierden. Y yo he decidido creer en los cuentos. Sobre todo en el mío.

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Plutón

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Tras cuarenta años como profesora de primaria, todavía hay un tema al que teme cada curso. No tiene que ver con su memoria, aún privilegiada. No duda sobre operaciones matemáticas, el cuerpo humano, la Revolución francesa o la penicilina; ni tan siquiera le suponen un problema los nombres de los dinosaurios.

Es el Sistema Solar lo que causa su aprensión e inseguridad. Y es que, tras consultar publicaciones científicas, preguntar a colegas de profesión e incluso al Oráculo de la Sabiduría y a la NASA, nunca lo tiene claro: ¿es o no ahora Plutón un planeta?

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Plaza de la Lectura

Miesgo 2

En Miengo, Cantabria, han llevado a cabo una interesante iniciativa: sacar una pequeña muestra de la biblioteca pública a la calle. Los cubos transparentes que podéis ver en las imágenes están llenos de libros para todas las edades. Se pueden consultar, leer en la calle o llevárselos prestados. Quien quiera también puede colaborar dejando uno suyo. Es una curiosa apuesta por el acercamiento de la lectura a los viandantes, así como por la confianza en ellos.

También es un rinconcito muy especial para aquellos que amamos los libros y, por ende, las bibliotecas. Seguir leyendo

Un regalo

Mensegal BazClara llora debajo de la mesa de su habitación. Apoya la espalda en la pared y se abraza las rodillas contra el pecho. No mira los regalos desperdigados por el suelo.

Papá Noel le ha dejado en su casa un armario con ropa para las muñecas, una cámara de fotos y un libro; en la de los abuelos, un patinete y un vestido, y en la del tío Manu y la tía Celia, una tableta y un kit de tatuajes de unicornio. El resto aún no los ha podido abrir, pero le han mandado fotos: en casa de los yayos, tres paquetes, uno grande y dos medianos; y en la de la tía Inés, el tío Rober y el primo Jon, cuatro: uno mediano y tres pequeños.

Pero no le ha traído lo único que le pidió, en una carta que escribió muy despacito para que entendiera bien su letra y que ella solita echó al buzón:

«Querido Papá Noel:

Este año solo quiero pedirte una cosa: que podamos celebrar la Navidad con los abuelos, el tío Manu y la tía Celia, los yayos, la tía Inés, el tío Rober y el primo Jon».

La preciosa ilustración es de Mensegal Baz. Podéis ver más obras suyas en sus redes sociales: Instagram y Twitter.