Pájaros de mal agüero

reto de escritura

En cuanto oyó la campana salió como una flecha del colegio. Llegó a casa casi sin aire; esperó a recuperar el ritmo de la respiración para saludar a su madre. Ella no notó nada. Esperaba que tampoco se diera cuenta de la goma eslástica cedida de su ropa interior ni de la mancha en los pantalones. El demonio del patio y sus secuaces se lo habían dejado muy claro: «Si te chivas, será peor».

Microrrelato para el reto Escribir jugando de junio del blog de Lídia. Requisitos: Seguir leyendo

Viaje de negocios

Viaje de negocios Luna Paniagua

Imagen de Carlos – La estaca clavada

Ojalá pudiera olvidarlo, pero lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer. Viajé en tren hasta Lisboa por un asunto de trabajo. Me registré en el hotel que me habían indicado y, como ya era tarde, entré en el restaurante con intención de cenar.

Me sorprendió muy agradablemente que allí mismo estuviera actuando una cantante de fados, pero más aún su hermosura. Y mi sorpresa fue ya inmensa cuando, tras cruzarse nuestras miradas, mantuvo la suya en la mía hasta acabar la canción y bajó del escenario para acercarse a mí. Apenas nos dijimos nada; no hacen falta palabras cuando los cuerpos hablan, y al poco rato estábamos en la cama de mi habitación.

Seguir leyendo

Acampada

banner-reto

El pasado fin de semana fui de acampada con mi nieto, en lo que había planeado una noche muy especial: en honor a nuestro origen sioux, encenderíamos una hoguera, frente a la que meditaríamos para intentar descubrir su animal de poder.

Bajé los trastos del coche, monté el tipi, busqué ramas y encendí el fuego. Mientras tanto, mi nieto permaneció sentado mirando el móvil. Ni que decir tiene que fue tan imposible meditar como convencerlo de que quitara el sonido al dichoso trasto. ¡Qué ganas de cortarle la cabellera!

Microrrelato para el reto Escribir jugando de mayo del blog de Lídia. Requisitos: Seguir leyendo

Trasplante

emociones en 50 palabras

Todo listo: espejo, material quirúrgico, corazón de un portador exquisitamente seleccionado —cariñoso y empático—. Debía apresurarse, en tres horas dejaría de ser viable para el trasplante.

La naturaleza le había dotado de un cerebro excepcional. Pero estaba cansado de escuchar que no tenía corazón, y estaba decidido a cambiarlo.

Microrrelato para el reto «Emociones en 50 palabras» de mayo de Sadire Lleide. Requisitos: escribir un microrrelato o poesía inspirado en la imagen o el sonido que nos proponga en tan solo 50 palabras.

Doblete

Luna Panigua

Imagen propia

Lídia Castro y Sadire Lleire han ayudado a que mi abril, un tanto mustio por razones obvias, acabe en flor. Las dos han elegido mi microrrelato de sus respectivos retos, Escribir Jugando y Emociones en 50 palabras, como ganador del mes. Os animo a leerlos haciendo clic en los galardones que tan orgullosa expongo.

¡Mil gracias, compañeras!

Escribir Jugando

 

Emociones en 50 palabras

Y quiero acompañar la entrada con una canción. Que no cunda el pánico, no es Resistiré.

Libertad, cantada por Julieta Venegas y cuyos autores son ella misma y Jesús González. Espero que la disfrutéis como yo.

Hoy son

El blog de Lídia

Tenía clase a primera hora y llegué al aula antes que los alumnos. Preparé las hojas de los exámenes y, como aún era pronto, esperé leyendo un artículo sobre el origen de la escritura. Cuando oí que entraban los niños levanté la vista; mis ojos no daban crédito al ver que todos llevaban algún disfraz. Ellos me miraban sonrientes.

—Pero ¿por qué habéis venido así? —pregunté.

Un superman levantó la mano. Lo señalé y dijo:

—Nos dijiste que hoy son Carnavales y que viniéramos disfrazados.

—¡No! —grité sin darme cuenta—. ¡Dije que hoy son los finales y que vinierais preparados!

Microrrelato para el reto Escribir jugando de abril del blog de Lídia. Requisitos:

  • Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
  • En tu creación debe aparecer el objeto del dado: ojo.

Reto abril

Reto opcional: que aparezca algo relacionado con el nacimiento de la escritura, que se produjo sobre el año 3400 a. C. en la antigua Mesopotamia. Este primer código escrito recibió el nombre de cuneiforme y se hacía sobre tabletas de arcilla húmeda con un palillo de punta en forma de cuña.