Hubo una época en la que con cada inspiración sentía que un alambre de espino rodeaba su corazón. Ya no; ya no le dolía vivir. Ya, simplemente, no podía sentir. Se dejaba llevar: una mirada vacía por la ciudad llena. Un alma ajena al sol y a la lluvia e impermeable a los sentimientos.
Hasta que la vio. Una flor solitaria asomaba por una grieta del hormigón. Una solitaria flor, roja como la sangre que volvía a percibir por las venas. Sacó el teléfono y le hizo una foto, por si olvidaba que la vida siempre se abre paso.
Microrrelato para el reto Escribir jugando de marzo del blog de Lídia. Requisitos:
- Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
- En tu creación debe aparecer el objeto del dado: teléfono.
Reto opcional: que aparezca en la historia algo relacionado con el espino (año de creación, inventor o el propio alambre):
Muy bueno este relato, tiene «nervio». Le va muy bien una imagen (dientedeleón)de pmozosanjuan (en Instagram)
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Ah, ya sé qué foto dices, pero esa flor es amarilla… Igual se merece sus propias letras, le voy a proponer colaboración a pmozosanjuan. 😉
Muchas gracias, Note. ¡Un besote!
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🙂 🌼
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Muy buen trabajo, Luna. Lo del corazón rodeado de espino se le ocurrió también a Javier. Me gusta ver estaa coincidencias. Gracias por tu aporte al desafío. Un abrazo grande! 💜😘
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Ains, no he leído el de Javier, pero la verdad es que el espino se presta a la metáfora.
¡Muchas gracias! Un besote. 🙂
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Te quedó hermoso, siempre hay esperanza. Saludos.
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¡Muchas gracias! La esperanza es en realidad lo que nos hace seguir adelante, ¿no crees?
¡Un abrazo!
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Muy buen relato Luna. Ideal para figurar en el reto. Saludos.
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¡Muchas gracias, Manuel! Un abrazo. 🙂
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Por nada Luna.
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Precioso relato, Uxue. En la antigua casa de Palmeira también surgió una flor morada por la junta de dos azulejos del cuarto de baño. A pesar de impresionarme, me sentí incapaz de dedicarle algo tan bello. Un abrazo grande.
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Impresiona, ¿verdad? La capacidad de la naturaleza por buscar la vida.
Muchísimas gracias. Un besazo enorme
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En tus palabras encuentro la esencia de la fotografía, un vano intento de perpetuar la belleza de un instante. Un besazo.
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Muchas gracias, Carlos. Un besote
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Qué bonito, Luna. Te quedó muy poético. Un beso.
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¡Muchas gracias, Mayte! Un besote. 🙂
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¡¡ Bonitísimo, Luna !!
Decía Víctor Hugo que «Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas, sino las ideas».
Tu cabeza y sensibilidad puede con todo.
Hay una poesía de Miguel Hernández sobre una flor que nació dentro de una calavera que estaba en el campo, es preciosa también. No sé si la conocerás, te la recuerdo:
«¡ Pobre flor! ¡qué mal naciste!
¡ Qué fatal que fue tu suerte!
Al primer paso que diste
tropezaste con la muerte.
El dejarte, es cosa triste
el cogerte, cosa fuerte,
pues dejarte con la vida
es quedarte con la muerte.
Muchos besiños, querida e inteligentísima, Luna.
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¡Maravilloso! Muchas gracias, Magdalena. Un abrazo enorme
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Me ha gustado mucho.
El que la flor sea roja le da fuerza al relato.
Me encantan esas hierbas y flores que brotan en los sitios más inesperados.
Besos, Luna
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¡Muchas gracias! Entonces… ¿me dejas la foto de la flor que dice Note para inspirarme? 🙂
¡Un besote!
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Claro que te la dejo pero yo creo que no te hace falta. Tú ya te inspiras muy requetebién :))
Besos
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No es por necesidad, es vicio, je, je. Me gustan estas colaboraciones cada vez más. 🙂
Gracias, y un besote. 😉
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Ah, pues entonces, si ves algo que te guste, ¡adelante! Yo encantada 🙂
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El milagro de la vida. A mí también me gusta ver cómo las flores pueden con muros de ladrillo y hormigón, pero prefiero que me lo cuentes tú, resulta más épico y poético. Un abrazo.
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Oh, muchas gracias, Raúl. No dejan de sorprender ese tipo de imágenes, el contraste que tienen, y la fuerza y constancia de la naturaleza para salir adelante.
Un abrazo
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